domingo, 5 de agosto de 2012

Reflexiones personales sobre lo trabajado en clase- Natalia


Una de las actividades que realizamos fue el panel de aprendizaje, en el que 6 grupos debíamos (2 representantes de cada grupo exponían) exponer ciertas teorías pedagógicas propuestas por diferentes autores, tales como: Pichón Riviere, Piaget, Ausubel, Vigotsky, Gardner, y Gavriel Salomón. Si bien, en otras asignaturas ya habíamos abordado estos autores en cierta forma, me pareció interesante la propuesta para reforzar aquellos conocimientos previos, e intentar rescatar y reflexionar sobro sus perspectivas para pensar nuestras prácticas pedagógicas. Sin embargo uno de esos autores abordados, Gavriel Salomón, resultó ser poco conocido para los grupos, al igual que a mí, cuando tuve la particularidad de exponerlo en el panel. Me costó mucho comprender la conceptualización del autor y su teoría, y los nervios fueron un obstáculo importante para hacérselos comprender a los demás. Así mismo, considero que se hizo lo posible por rescatar los puntos sobresalientes del tema. Fue una experiencia rara, y no me gustó, ya que me puse muy nerviosa y no podía expresarme correctamente. Sin embargo, la experiencia en sí de la actividad, estuvo muy buena por parte de todos los grupos, así como su explicación y la conceptualización al momento de exponer cada autor; lo que me permitió visualizar las distintas perspectivas, el énfasis que cada uno pone en relación a lo pedagógico, y por lo general se hacía referencia a una corriente más constructivista sobre el aprendizaje.

Con  la obra de Philippe Meirieu ¨Cartas a un joven Profesor¨, trabajando en grupos, y distribuyéndonos los capítulos de este libro, en un primer momento puedo decir que me atrapó la creatividad y dedicación de cada grupo a la hora de representarlo, y fue interesante la manera en que cada uno pudo interpretar ese capítulo y darlo a conocer, manifestando sus opiniones, experiencias y relaciones con ese contenido. Un libro que para mí, aborda diferentes aspectos que un profesor, o un joven profesor, como nosotros que nos estamos preparando para serlo, debe tener en cuenta y reflexionar sobre ellos.
En esta obra Meirieu nos escribe a nosotros sus colegas, acercándonos a la tarea de enseñar, cómo hacerlo, para qué hacerlo; en fin nos aproxima a nuestra profesión, la de ser profesores, y destaco lo que el autor dice ¨enseñe lo que enseñe y donde quiera que lo enseñe, un profesor siempre enseña algo a alguien¨.
De las actividades trabajadas, la que más llamó mi atención fue la presentación en video, y en el mismo, el grupo realizó una representación de títeres, sobre el capitulo nº 6:  “una preocupación que no tiene por qué ruborizarnos: la disciplina en clase”. Me atrapó por la manera en que reunieron recursos al intentar representarlo, enfatizando la conceptualización del autor, pero llevándola a otra dimensión, a un espacio o ejemplo concreto sobre lo que Meirieu intenta transmitirnos, utilizando el humor, la reflexión, lo visual para dejar un mensaje claro y preciso en pocos minutos, pero 15 minutos que parecieron suficientes para dejarnos sin palabras o preguntas, por el simple hecho de ser una herramienta lo bastante representativa y global del tema. Dejando a la vista el trabajo y el esfuerzo de preparación de lo presentado, y sinceramente considero que estando uno tan acostumbrado a lo visual, y hablo personalmente, llamó mi atención pero al mismo tiempo me ayudó a poder rescatar lo importante del tema; algo que no me pasó con otras actividades.


En cuanto al taller de ¨Autoridad¨, este me pareció interesante y necesario, porque considero que es un tema a tener en cuenta, y que debemos plantearnos al momento de estar en el aula, entendiendo que uno allí tiene un lugar, se plantea objetivos, en cierta forma cumple una función en ese espacio y lo más importante es que nos encontramos frente a sujetos que aprenden, sujetos con intereses, tiempos, modos de ser y pensar distintos unos de otros. Y al momento de estar ahí, es necesario replantearse uno, como docente, en la tarea de enseñar y de aprender al mismo tiempo, cómo construir autoridad.
Aquí pude dar cuenta que la autoridad no es algo que se posee, sino más bien una relación que se establece, que se construye en relación con otros. Y en ese espacio que es el aula, se ven implicados en esa relación, tanto el docente como el estudiante, relación que tiende por lo general, a establecerse de forma jerárquica, siendo el docente el que posee el poder imponiéndose sobre los otros, por el simple hecho de ser el que ¨enseña¨ y el poseedor del conocimiento, entendiendo esto desde una perspectiva tradicionalista. Sin embargo, la autoridad implica el reconocimiento por parte de los otros, un reconocimiento mutuo entre docente y estudiante; y para que se dé un aprendizaje debe haber un reconocimiento de autoridad.
 Muchas veces, la existencia de poder no implica que haya autoridad, entendiendo que ambos se interrelacionan (poder – autoridad);  si bien el poder se ejerce, esto no implica que haya un reconocimiento de autoridad. Y un buen consejo, que me pareció interesante tener en cuenta sobre qué hacer como docentes para construir Autoridad, fue el considerar y apelar a nuestras experiencias como estudiantes, como punto de partida para reflexionar sobre lo que haríamos y lo que no, como docentes, para lograr un reconocimiento mutuo de autoridad con los estudiantes y que de esta manera pueda darse un profundo aprendizaje.
Y en este sentido, intentando verme en el aula, pienso que durante la etapa de observación, que es clave, de apoco voy intentando que ellos me reconozcan y  al mismo tiempo, poder reconocerlos a ellos, me acerco cuando tienen dudas, y muchas veces me siento junto a ellos durante las clases, no para que me vean como una alumna mas, sino como una persona que también va a prender junto a ellos, hago las actividades con ellos, y me hablan como si fuera su ¨seño¨, así me dicen, y eso en cierta forma, considero que es parte de ese reconocimiento. Me siento con muchas expectativas, e incertidumbres, pero el conocerlos y el que ellos puedan reconocerme me tranquiliza y me incentiva a seguir expectante y ansiosa.



Natalia Gómez~ 

jueves, 2 de agosto de 2012

Máscara de Anabella


Mi máscara representa todas las expectativas que tengo con respecto a la Praxis. La figura con los brazos abiertos es la postura que asumo ante el inicio de esta asignatura, muy bien predispuesta, sobretodo a aprender; la vela está asociada a la fe y la esperanza que debo mantener para no decaer ante el primer tropezón, soportando los miedos y frustraciones. A su vez, estoy iluminada por los saberes incorporados (y los que no incorporé pero debería haberlos incorporado) en el trascurso de la carrera, los cuales debo poner en práctica en esta instancia, bajo un cielo en movimiento que simboliza los altibajos en estos años de estudio. Finalmente, la figura está parada en un suelo lleno de flores que significa el lindo aroma que, a modo de huella, pretendo que la Praxis deje en mí.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Máscara de Carolina

Esta máscara para mi representa por un lado, la felicidad por empezar el trayecto de La Práctica Docente y por otro, miedo de lo que puedo llegar a venir, de tener que volcar los conocimientos que me  ha aportado la carrera hasta el momento; y también me genera incertidumbre sobre el grupo de alumnos con el que voy a trabajar, el profesor, la práctica en sí, etc.