En
general todos los talleres y seminarios me parecieron importantes y muy
necesarios, algunos me gustaron más por el hecho de que me movilizaron o
trataron cosas que me interesan, y otros un poco menos justamente por mi falta
de interés hacia la temática de los mismos.
El taller
de autoridad representó un fuerte e importante aprendizaje, no sólo el
contenido sino el modo en que fue abordado. La diferenciación entre poder y
autoridad me resultó interesante y hasta le dio cierto giro a concepciones o
ideas que boyaban en mi cabeza respecto del estas dos palabras con tanto
significado. Fue concreto en cuanto al rol que ocupan tanto docentes como
estudiantes en estas relaciones de fuerza, aparte nos invito a participar a
partir de unas preguntas y luego genero el debate, todo con respeto y en un
clima gratificante.
Verme
ante un aula no me lleva a una sola imagen sino, por el contrario, a miles y
entre tantas, muchas muy contradictorias entre sí. Creo que las imágenes que me
permito proyectar aun están muy cargadas de lo fantasioso y ambicioso que nace
de uno mismo, pero el paso por la práctica y sobretodo las observaciones a mis
compañeros/as me hicieron ver que cada aula es un mundo diferente y que
requiere de la constante creatividad, motivación, resiliencia, flexibilidad y
mucha paciencia, entre muchas cosas más,
por parte del docente.
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