sábado, 8 de diciembre de 2012

Mi práctica docente



 El jueves 13 de septiembre llegó mi primera clase, la tan ansiada y mentada clase de subculturas para la cual había preparado un afiche como soporte para explicar teoría, luego vimos un video que bajé de youtube y a continuación, en grupo, los chicos debían realizar una guía. Aunque  era la primer clase y estaba muy nerviosa me sentí contenta con lo que estaba haciendo y muy satisfecha con la actitud de los chicos: participaron, opinaron, hicieron las actividades, me sentí muy acompañada por ellos. La segunda clase sólo fue de cuarenta minutos, los alumnos continuaron haciendo la guía; en este encuentro me sentí mucho más relajada. En la tercera clase me fue a observar la Prof. Luciana, lo cual me puso muy nerviosa. Ese día pusimos en común las respuestas de las guías, sentí que la clase iba muy rápido y les di una actividad alternativa para completar la hora, esa actividad les llevó mucho tiempo y lo que tenía pensado hacer al fin no lo pude concretar, lo cual me frustró bastante. Además, me di cuenta que los chicos se cansaron de resolver guías, por lo que para la próxima clase, que era al día siguiente, me quede hasta las dos de la mañana armando una nueva actividad para que ellos se entusiasmen; tal actividad  consistía en identificar en tres imágenes  cuáles eran grupos y porqué, además si se podía observar algún líder y qué tipo de liderazgo era. Previo a esto, les repartí unas fotocopias  donde se explicaba qué era un grupo, grupos de aprendizaje y tipos de liderazgo,  segundo y último tema que yo iba a trabajar. Ellos la leyeron, la charlamos, les quité algunas dudas y luego hicieron la actividad de las imágenes, con la cual creo que se engancharon. En las próximas dos clases vimos la película La Ola, los chicos quedaron muy compenetrados, luego resolvieron individualmente una guía sobre la película en relación al tema de grupos. Para  la última clase  había pensado un debate de cuarenta minutos  acerca de la película y luego mi despedida, pero los chicos estuvieron tan atrapados con el tema que el debate se extendió y duro ochenta minutos, por lo que tuve que terminar mi práctica la clase siguiente. Me sorprendió, porque yo pensé que se iban a interesar mucho más con subculturas que con grupo y pasó todo lo contrario. En la última clase, de cuarenta minutos, como actividad de evaluación para mí debieron: en una hoja en blanco y a través de imágenes volcar lo que sintieron con mí práctica y explicarlo; no sólo que lo hicieron con buen gusto sino que  las devoluciones fueron preciosas. Para finalizar les entregué un poema, caramelos, les dije unas palabras,  ellos  no querían que yo me fuera.

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